Los productos hechos a base de yeso han sido utilizados durante mucho tiempo para la protección contra el fuego.

La estructura del yeso contiene moléculas de agua combinadas y la evaporación de éstas absorbe gran cantidad de energía producida por el fuego hasta que el yeso se degrade.

Esta acción es la que produce que la propagación del fuego se retarde. En su formulación natural, el yeso contiene aproximadamente 20% de agua.

Para la fabricación de placa es indispensable regresarle el contenido de agua calcinado.

La reacción química es la siguiente:

(CaSO4, 2 H2O) + Calor  = (CaSO4 , 1/2 H2O) + 1 1/2 H2O

Por ende, el yeso al convertirse en placa nunca pierde sus propiedades; incluso con ayuda de los aditivos adicionales puede ganar otras propiedades.

Una vez que se cuenta con la placa de yeso y al integrarse en un sistema de placas y bastidores metálicos, se podrán proporcionar los niveles de resistencia al fuego requeridos por las normas o estándares de la construcción.

Es necesario considerar, además de la placa, todos los componentes, del como perfiles metálicos para la formación de bastidores metálicos, cinta, compuesto, tornillos y demás elementos.

En un incendio, el fuego atacará los elementos construidos con placa de yeso, deshidratándolos progresivamente.

	No hay paso de gases
	No hay paso de fuego
	No hay paso de temperatura

Mientras el agua no se evapore por completo, las placas de yeso protegerán las estructuras del edificio y otros locales, manteniendo en la parte trasera una temperatura de 100 °C, que corresponde a la temperatura de vaporización del agua.

La energía necesaria para esta transformación se tomará del incendio, retrasando así su extensión.

Todos los materiales que se usan en la construcción de un edificio requieren satisfacer varios niveles de desempeño, tratándose de protección al fuego son: reacción al fuego y resistencia al fuego.